La Comisión Europea está ultimando la creación de nuevos aranceles para las importaciones de vehículos eléctricos chinos, tras descubrirse que estos automóviles reciben importantes subvenciones estatales desde Pekín. De esta forma, la Unión Europea se sumaría a las políticas adoptadas por Estados Unidos para estos automóviles, más baratos que los continentales y que se habrían beneficiado de ventajas competitivas.
Esta decisión, de tinte proteccionista, está basada, según trasladan desde los dirigentes europeos, en las investigaciones que los habrían llevado a concluir que existe un “dopaje de Estado” por el que el gobierno chino ayuda y financia la producción en masa de estos vehículos.
No hay nada cerrado, pero los impuestos de estos coches podrían aumentar desde el 10% actual hasta alrededor de un 25%, con un mínimo del 17% y un máximo del 38% dependiendo del fabricante. Estos nuevos aranceles podrían empezar a aplicar en el mes de julio. Como respuesta, desde China planean aumentar los aranceles para una variedad de productos que llegan desde Europa.
Pese a que las intenciones de la Unión Europea son similares a las demostradas por la administración de Estados Unidos, la intensidad de la subida de impuestos no será ni aproximada, ya que el país americano aumentó los aranceles a estos vehículos eléctricos chinos en un 100%.