El Govern de Catalunya alcanzó a finales de la semana pasada un acuerdo con el sector del taxi para que se incluya en la ley de acompañamiento de los Presupuestos la obligación para los conductores de VTC de obtener una credencial para poder prestar servicio. Además, los chóferes de esos vehículos deberán tener, como mínimo, un nivel B2 de catalán.
El acuerdo se ha terminado de cerrar el pasado jueves en una reunión en la que estuvieron presentes Junts, ERC, PSC y la CUP. No estuvo presente el grupo En Comú, pero desde la asociación de taxistas Élite Taxi Barcelona aseguraron que también se habían mostrado favorables a este acuerdo.
De esta forma, una vez se apruebe esta medida, todos los conductores de VTC de Catalunya deberán pasar un examen de acceso a la profesión para obtener una credencial que les habilite a prestar servicio. Se trata de una prueba similar a la que pasan los taxistas. Además, se incluirá el nivel B2 de catalán como requisito indispensable. Este requisito también se incluirá en el taxi.
El nivel de catalán se deberá demostrar, por lo que se deberá demostrar mediante una prueba que efectivamente se tienen los conocimientos de la lengua y no bastará simplemente con mostrar un certificado. En el taxi no se podrá aplicar retroactividad y la medida afectará a los nuevos aspirantes.
Además de estas medidas, con respecto a las malas praxis que se suceden de vez en cuando en el taxi y que despertaron una gran polémica durante el verano pasado, el Govern de la Generalitat tiene previsto incluir la inmovilización de los taxis que hagan este tipo de malas prácticas centradas en recoger clientes con el luminoso apagado para negociar precios.
“Estos taxis irán al depósito y se podrán retirar pagando 800 euros. Al tratarse de una sanción muy grave, a la tercera se retirará la credencial y la licencia”, ha explicado Alberto Álvarez, portavoz de Élite Taxi Barcelona.